Las fosas sépticas son fundamentales para el tratamiento de aguas servidas en sectores rurales o sin acceso a redes de alcantarillado. Sin embargo, como cualquier sistema, pueden presentar fallas si no reciben el mantenimiento adecuado. Malos olores, drenaje lento o rebalses son algunos de los problemas más frecuentes.
En este artículo, te ayudaremos a identificar las señales de alerta más comunes y cómo solucionarlas de manera efectiva para evitar emergencias y gastos innecesarios.
Las fallas en una fosa séptica pueden deberse a múltiples factores, desde el uso inadecuado hasta la falta de mantenimiento. A continuación, revisamos los problemas más comunes:
1. Malos olores
Si notas un olor desagradable cerca de la fosa o dentro de la casa, puede ser señal de acumulación excesiva de lodos o una ventilación deficiente.
2. Drenaje lento
Cuando el agua tarda más de lo normal en bajar en lavamanos, duchas o inodoros, es posible que haya una obstrucción en la tubería de entrada o que la fosa esté llena.
3. Rebalse de la fosa
Si el agua servida comienza a salir por la superficie del terreno donde está enterrada la fosa, el sistema podría estar saturado o tener una falla en el campo de infiltración.
4. Burbujeo en las cañerías
Si escuchas burbujeos constantes al descargar el inodoro o abrir una llave de agua, podría indicar que hay gases atrapados debido a un mal funcionamiento del sistema.
5. Presencia de agua estancada o humedad excesiva en el suelo
Esto puede significar que la fosa tiene filtraciones o que el sistema de drenaje está fallando.
✔ Eliminación de malos olores
✔ Desatascar tuberías y mejorar el drenaje
✔ Solucionar rebalses y filtraciones
✔ Solucionar burbujeos en las cañerías
✔ Evitar acumulación de agua en el suelo
Para minimizar el riesgo de fallas en la fosa séptica, sigue estas recomendaciones:
✔ Realiza un mantenimiento periódico: El vaciado preventivo cada 2 años es fundamental para evitar obstrucciones.
✔ Utiliza productos biodegradables: Evita detergentes con cloro, jabones antibacteriales o químicos fuertes que alteran el equilibrio biológico de la fosa.
✔ No deseches residuos sólidos: Toallas higiénicas, aceites, pañales y restos de comida pueden obstruir las tuberías y afectar el sistema.
✔ Asegúrate de que el sistema de ventilación esté despejado: La correcta circulación de aire evita acumulación de gases y malos olores.
✔ Evita sobrecargar la fosa con exceso de agua: Reducir el consumo de agua ayuda a que el sistema no se sature rápidamente.
Si bien algunos problemas pueden solucionarse con medidas caseras o productos de mantenimiento, hay situaciones que requieren la intervención de un especialista:
✔ Rebalses constantes: Si la fosa se llena con demasiada rapidez, podría haber un problema estructural en el sistema de drenaje.
✔ Filtraciones en el terreno: Si hay charcos o humedad en exceso, puede ser una señal de falla en la fosa o en las tuberías de salida.
✔ Olores persistentes o gases en el interior de la casa: Un problema de ventilación puede ser peligroso y requiere atención inmediata.
✔ Tuberías completamente bloqueadas: Si el agua no drena en absoluto, es posible que haya un atasco profundo en la fosa o en la tubería de entrada.
Las fosas sépticas son una solución confiable para el tratamiento de aguas servidas, pero requieren un buen mantenimiento para evitar problemas y prolongar su vida útil. Siguiendo prácticas adecuadas, utilizando productos correctos y realizando inspecciones periódicas, es posible prevenir emergencias y reducir costos en reparaciones.
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